ANTTON VALVERDE

Antton Valverde, a la puerta de los 80 años, ha editado ‘Gaua, ausentziaren itzala’ (La noche, sombra de la ausencia), un exquisito trabajo discográfico que refleja de un modo manifiesto su mejor virtud: un refinado gusto musicando a los principales poetas vascos. Entre esos poetas no podían faltar dos vizcaínos que le han acompañado durante toda su carrera: Bitoriano Gandiaga y (sobre todo) Lauaxeta, a quien dedicó un disco entero en 1978 y siempre ha sido un fijo en su repertorio. Valverde mantiene una continuada y serena actividad artística con la clase que le caracteriza, y esta última entrega discográfica que nos propone incluye novedades sorprendentes. Por ejemplo, el poema ‘Gaua’, de Harkaitz Cano, que da título al disco, ha sido traducido al castellano y al inglés, creando así tres versiones diferentes de la misma poesía.

Para el directo, Antton Valverde nos deleitará con unos cuidados arreglos de los temas de corte clásico, que le han llevado a un delicado planteamiento en el que su bonita voz y su sensibilidad al piano se verán acompañados por un trío (violín/viola – cello – acordeón). Este concierto en el Teatro Arriaga es una ocasión inmejorable para aplaudir y reconocer a una de las más importantes referencias musicales que ha aportado la cultura vasca.

Antton Valverde

(Donostia, 1943). De joven realizó estudios de música en él ámbito del clásico (armonía, composición y piano) y en la década de los 60 comenzó su carrera musical como cantante y compositor que siempre ha compaginado con la actividad empresarial. Esta dualidad arte-empresa heredada de su ilustre padre le permitió conocer a numerosos artistas de diversas disciplinas y recibir numerosas influencias en un entorno familiar repleto de músicos, pintores, escritores, escultores…

Un peculiar gusto y estilo a la hora de musicalizar a los principales poetas vascos le ha llevado a grabar numerosos discos acompañado a la guitarra y sobre todo al piano, su más fiel amigo en sus más de 50 años de andadura profesional.

Tras publicar varios discos single, fue uno de los miembros del grupo ‘Oskarbi’ y participó en el disco “Eskutari” (Herri Gogoa, 1972). A continuación, comenzó una estrecha colaboración con Xabier Lete y Julen Lekuona. Con ellos publicó “Bertso zaharrak” (Herri Gogoa, 1974), trabajo que recuperaba bertsos de una época pasada. A los dos años publica junto con Xabier Lete un disco que tenía como base el bertsolarismo “Txirritaren bertsoak” (Herri Gogoa, 1976). Para entonces ya había sacado a la luz su primer disco largo en solitario “Antton Valverde” (Herri Gogoa, 1975). El siguiente disco estuvo dedicado a uno de sus poetas favoritos: “Lauaxeta” (Herri Gogoa, 1978). Este poeta ha sido una de las fuentes principales de Valverde. A la hora de componer Valverde ha utilizado poemas escritos por Lete, Bitoriano Gandiaga, o Joxean Artze.

En 1983 participó, junto a Xabier Late, en el homenaje que se le hizo a Xabier Lizardi. De ahí nació un disco muy especial, “Urte giroak ene begian” (Elkar, 1986). Tuvieron que pasar 11 años para el siguiente disco: “Larogeitamazazpi” (Elkar, 1997). En este disco se incluye una canción compuesta por el mismo Valverde, “Barberian”.

En 2007 publicó un nuevo trabajo, “Hamabi amodio kanta” (Elkar, 2007). En 2013 (Pamiela) vendría “3L – Lizardi, Lauaxeta, Lete”, junto con Anjel Lertxundi con el que editaría ya en 2020 un DVD musicalizando en concierto a 5 poetas vascas con el título de “Hitzak Hots”: Itxaro Borda, Jule Goikoetxea, Tere Irastortza, Miren Agur Meabe y Arantxa Urretabizkaia.

Este mismo año 2020 vería igualmente la publicación de “Gaua, ausentziaren itzala” (Elkar). Bajo este sugerente título, Antton Valverde nos presenta esta colección de nuevas canciones. Un trabajo cocinado con calma durante la pandemia y al que la poesía de Harkaitz Cano le ha puesto la guinda inspirando la letra de “Sei silabako gauak”, tema que ha grabado en tres idiomas (euskara, castellano e inglés). Los arreglos musicales de algunas de estas canciones han sido obra, una vez más, de Karlos Gimenez y ha contado con la colaboración de Francisco Herrero (violín y viola) e Ivan Carmona (cello). El resultado, un disco intimista, sobrio y delicado, para disfrutar sin prisas.